martes, 4 de abril de 2017

Escracharon a Grindetti y Kravetz por el ataque policial al comedor infantil

MIENTRAS UN GRUPO GRITABA "CON LOS PIBES, NO", EL MACRIFASCISMO RESPONDÍA CON EL PATÉTICO CANTITO DE "SÍ, SE PUEDE".

Un clima de tensión se vivió ayer en el Concejo Deliberante de Lanús cuando el intendente, Néstor Grindetti, dio su discurso de apertura de sesiones ordinarias y fue escrachado por un grupo vinculado a las víctimas del ataque policial que tuvo lugar la semana pasada en el comedor "Los Cartoneritos".

"Háganse cargo", decían los carteles que llevaban los manifestantes, dirigidos a Grindetti y a su secretario de Seguridad, Diego Kravetz. La frase era una cita sarcástica a la ya célebre expresión que usó Marcos Peña Braun Menéndez para confrontar con el kirchnerismo.

Militantes y familiares de la gente del comedor interrumpieron el discurso protocolar del intendente para gritar "con los pibes, no". La respuesta llegó de parte de los militantes y concejales de la alianza de derecha Cambiemos, que cantaban eufóricos "sí, se puede"

Pero el momento más áspero se produjo cuando inmune a los cantos, Grindetti destacó los fondos que su municipio destina a financiar 70 comedores. En ese momento los manifestantes se enardecideron y lo insultaron, además de acusarlo de "cínico".

Desde el oficialismo local dijeron que quienes encabezaron el escrache no fueron familiares de víctimas sino "militantes" y apuntaron directo al kirchnerismo. De todos modos, minimizaron los incidentes al destacar que Grindetti dio todo su discurso como estaba previsto, pese a esos intentos por "callarlo".

Por otra parte, aseguraron que de haber querido evitar un escrache "directamente no les hubiera permitido el ingreso" al Concejo Deliberante. En ese sentido, destacaron que "somos distintos. Esto es una democracia, esa gente entró con sus carteles y se les permitió que dijeran lo que querían decir, se expresaron libremente".

En contraste con la versión de Grindetti, fuentes de la oposición local dijeron que los "militantes" de Cambiemos llegaron al recinto en un micro de la Secretaría de Desarrollo Social, que quedó estacionado en la entrada del Concejo. 

Según esta versión, el intendente temía que hubiera protestas ante el clima convolsionado y se habría atajado llevando gente -que Juan Grabois calificó como "punteros" de Grindetti- para contrarrestar los posibles escraches. En el entorno del intendente negaron que las personas que llegaron en ese colectivo hayan ingresado al recinto.

Grindetti y Kravetz quedaron en el ojo de la tormenta cuando el último jueves por la noche efectivos de la Bonaerense realizaron un operativo a los tiros en un comedor comunitario en el que había chicos. Este último dato fue desmentido por los funcionarios del PRO, que aseguraron que no había menores en el lugar y justificaron los hechos al hablar de la persecución policial a un ladrón que se habría infiltrado en el comedor.

A raíz de ese episodio, la CTEP convocó a marchar este martes desde la estación Lanús para pedir "la renuncia de todos los implicados en el operativo". Los concejales del FPV y algunos dirigentes locales ya anunciaron que se plegarán a la protesta.

Además, el bloque del FPV-PJ de Lanús sacó un comunicado anunciando que impulsarán la interpelación de Kravetz. "Debe rendir cuentas ante los vecinos y vecinas de Lanús, y ante sus representantes en el Concejo Deliberante y no descartamos solicitar también la interpelación del intendente Néstor Grindetti", afirmaron los ediles kirchneristas. 

En ese sentido, desde ese bloque dijeron que el pedido de interpelación fue presentado, pero que para lograrlo necesitarán contar con los votos del Frente Rejuntador. "Creemos que el massismo ayudará a dar consenso", vaticinó un concejal.

Para lograr la interpelación, la oposición necesita reunir 12 votos. El FPV tiene 6 y en el Frente Rejuntador hay 5 concejales, contra los 8 que reúne el macrifascismo. "Deberíamos llegar, los números dan", afirman los concejales, aunque creen que el massismo querrá interpelar a Kravetz pero no a Grindetti.

Según la oposición, la policía irrumpió en el comedor en el que había "niños, adultos, mujeres embarazadas y ancianos, militantes y vecinos" y lo hizo "a fuerza de bastonazos, gas pimienta y balazos de goma y de plomo que fueron disparados dentro del local".

En una frase que generó más indignación en el caso, Kravetz redobló la apuesta un día después de los hechos y afirmó que "a la salida hubo gas pimienta, no gas lacrimógeno. Con un poco de agua, sale".

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