jueves, 20 de julio de 2017

Trabajadores toman una planta de zapatillas en Las Flores: "La patronal nos dio licencia y no apareció más"

SON ALREDEDOR DE 300 LOS EMPLEADOS AFECTADOS EN LA FÁBRICA GGM, QUE PRODUCE CALZADO PARA LAS MARCAS PONY, SIGNIA Y ASICS. SEGÚN LES INFORMARON A LOS TRABAJADORES, LA EMPRESA CORRE RIESGO DE CIERRE POR EL AVANCE DE LAS IMPORTACIONES.

Trabajadores de la fábrica de calzados y productos textiles GGM tomaron ayer la planta que la firma tiene en la localidad bonaerense de Las Flores, en demanda de los sueldos adeudados desde hace cuatro meses. La situación de los 300 empleados empeoró cuando la empresa comenzó a dar licencias de dos meses para compensar la caída de la producción. Según les dijeron a los trabajadores, la fábrica corre riesgo de cerrar por la apertura de las importaciones en el sector, que sólo en el verano aumentaron un 62 por ciento en detrimento de la industria nacional.

“Tomamos la fábrica porque la patronal nos dio licencia por dos meses y no apareció más”, sintetizó Omar Arcebio, uno de los 300 empleados. Los propietarios de esa compañía le habían garantizado un pago del 75 por ciento del salario adeudado, pero todo quedó en promesas.

En declaraciones radiales, el operario contó que a varios trabajadores les habían dado una licencia por dos meses para paliar los efectos de la caída en la producción, pero la situación sigue siendo dura. “Tiene con nosotros una deuda atrasada de 15 millones de pesos que no pagan hace cuatro meses”, precisó para dimensionar la crisis.

Ante esta situación, varios decidieron ocupar la planta de Las Flores en donde, entre otros productos, se fabrican las zapatillas de las marcas Pony, Signia y Asics. La mayoría de los empleados son mujeres que “tienen criaturas a las que les damos de comer acá”, agregó Arcebio.

El caso llegó hasta el ministerio de Trabajo bonaerense, que citó a los empresarios y a los empleados a varias reuniones. Uno de los primeros acuerdos a los que llegaron fue reducir la jornada laboral para evitar las cesantías, mientras que GGM abonaría al menos un 20 por ciento de la deuda hasta junio pasado. Pero nada se cumplió.

Ante la persistencia de la demanda, confirmó Arcebio, “empezamos a cobrar un subsidio de 3 mil pesos” provenientes del Programa de Recuperación Productiva (Repro) que les otorgó la cartera laboral por el plazo de un año. “Pero seguimos varados”, lamentó.

Las suspensiones siguen vigentes desde hace dos meses. Según el trabajador, las explicaciones que dieron los dueños de GGM es que todo esto ocurre “por la importación” de zapatillas que, según la Federación de la Industria del Calzado, aumentó un 62 por ciento en los tres primeros meses de este año. “Nos dicen eso, pero de yapa la patronal se aprovecha”, añadió Arcebio y recordó que “los dueños siguen sin aparecer”.

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