viernes, 20 de octubre de 2017

Estallaron dos ventanales en una escuela porteña y provocaron heridas a tres alumnos

CON LA TORMENTA DEL MIÉRCOLES A LA NOCHE, SE DESPRENDIERON DOS VENTANAS SOBRE LOS ESTUDIANTES DE PRIMER AÑO DE UNA SECUNDARIA DEL POLO EDUCATIVO PIEDRABUENA. LOS VIDRIOS NO CUMPLÍAN LA NORMATIVA DE SEGURIDAD. CAYERON SOBRE LOS ALUMNOS E HIRIERON A TRES DE ELLOS.

El miércoles, durante la tormenta, los estudiantes de primer año de la escuela Nº 1 del distrito escolar 20, ubicada en el Polo Educativo de Piedrabuena, en Villa Lugano, vivieron una escena de terror. Por el viento, dos ventanales estallaron y cayeron sobre los chicos sentados justo debajo de la abertura y lastimaron a tres alumnos. Uno de ellos, una adolescente, sufrió cortes en la cabeza, un brazo y la mano. “Hace un año venimos denunciando estas irregularidades; no tuvimos un muerto de milagro”, se quejó el director de la escuela y advirtió que el edificio no tiene final de obra, no está habilitado y no cumple con la ley de Vidrios Seguros, que obliga a los establecimientos educativos a contar con vidrios laminados o blindados para evitar lesiones graves en caso de roturas. 

Las dos ventanas se desprendieron por completo, junto con el marco y los burletes que las sostenían. Las astillas de los vidrios quedaron desparramadas sobre los pupitres y los útiles de los estudiantes. En las fotos que tomaron los docentes para mostrar lo ocurrido, se puede ver también una de las puntas afiladas manchada de sangre, que pertenece a la estudiante que sufrió las heridas más comprometidas y tuvo que ser atendida por el SAME.

“Pasadas las 20, en el momento culmine de la tormenta, explotaron literalmente dos ventanales de un aula de planta baja y cayeron sobre los chicos. No fue una tragedia de milagro, estaba anunciado. Vengo haciendo denuncias por las falencias estructurales del edificio que ponen en riesgo la seguridad de los alumnos y trabajadores desde que nos mudamos”, aseguró el director de la escuela que prefirió no hacer público su nombre.

Según el directivo, el edificio es nuevo pero no cuenta con final de obra ni habilitación municipal y tiene varios problemas estructurales. 

La secundaria, donde cursan 500 alumnos divididos en dos turnos, funciona allí desde abril de 2016 cuando se terminó el edificio “a las apuradas”

“La escuela está muy mal terminada incluso a contramano de lo que indica la normativa para los establecimientos educativos. No cuenta con vidrios templados ni laminados como exige la ley, no tiene preceptorías ni comedor, todavía estamos con luz de obra y no hay conexión a gas. Llamé al Ministerio de Educación en varias oportunidades y siempre me dicen que ya van a venir pero no vienen”, contó el director, que ayer a la mañana hizo la denuncia en la Asesoría Tutelar de la Ciudad y piensa dirigirse también, en caso de no tener respuesta, a la Policía.

Además del aula donde se desprendieron los ventanales, tuvieron que ser clausuradas otros cuatro salones más donde los vidrios se rajaron pero no llegaron a desprenderse. Por el momento las clases fueron suspendidas. “No se pueden dar clases en estas condiciones, está comprometida la vida de los chicos. Cualquiera que empuja a otro puede terminar como la nieta de Alfonsín”, sostuvo enojado el director. 

El debate sobre qué tipo de vidrios debían tener las escuelas surgió luego del accidente fatal que sufrió Amparo Alfonsín, nieta del ex presidente, en 2004. La adolescente de 15 años chocó contra una puerta de vidrio en su colegio y una de las esquirlas le perforó la arteria femoral. La joven falleció en la guardia del Hospital Fernández. Por eso, en septiembre de 2007 se sancionó la ley 2448 que ordenaba reemplazar todas las ventanas de las escuelas con vidrios de seguridad que sean irrompibles o no se astillen. La norma fijo un plazo de cinco años para el reemplazo en todas las escuelas porteñas, sean públicas o privadas.

Pero en las escuelas públicas, la norma está lejos de cumplirse. En 2014, una nena de segundo grado de la escuela Nº7 Marcos Sastre tuvo un accidente con un vidrio que no había sido reemplazado, situación que llevó a que una ONG presentara una amparo por el estado de los cristales de todas las escuelas.

“La ley de vidrios seguros es viejísima y no se cumple. Pero además hicimos una inspección en la escuela a principio de este año y el edificio no está en condiciones, presenta problemas estructurales y de mantenimiento”, dijo Gustavo Moreno, asesor tutelar de la Ciudad que ayer por la mañana recibió la denuncia por el accidente de los ventanales. 

Según informó, la escuela no tiene final de obra porque toda la construcción del Polo Educativo fue irregular y quedó inconclusa. “Hay una vulneración sistemática de leyes incumplidas”, sostuvo Moreno, que informó que enviarán una intimación a la Dirección de Infraestructura Escolar y pedirán la intervención de Bomberos.

Por Alejandra Hayon para Página/12

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